Si pudiéramos aplicar una estadística simple a las palabras más repetidas durante un consejo o junta directiva en los últimos dos años y que a su vez sean las menos frecuentes en los dos años anteriores, con certeza encontraríamos: Digital, Nube, Energía. No es coincidencia que las empresas que anticiparon sus esfuerzos en Digital marketing o implementaron con seriedad una estrategia web, están capitalizando oportunidades que para sus competidores son muchas veces invisibles. Quizás más importante es el hecho de cómo la madurez digital acorta el proceso de innovación desde adentro, empujado por el mismo talento que absorbió las curvas de aprendizaje más duras.
Si vemos otra disrupción que aún todavía algunos observan y aseguran “eso no es para mí”, podemos hablar de productividad, colaboración y seguridad. Cualquier empresa que no haya anticipado una estrategia de Nube, la cual no solo implica lo evidente en términos de reducción de costos, ubicuidad, “serverless”, etc., si no sembrar cambio en la organización hacia un modelo de co-creación eficiente, sufrirán el efecto del letargo de recorrer tarde una curva de aprendizaje en la cual algunos ya están cruzando la siguiente cordillera.
Lo más contundente de estos ejemplos y su relación con el contexto de energía es que, el liderazgo, que observa y no anticipa, interpreta la solución como una basada en tecnología y no en un cambio en la forma de hacer las cosas de toda la organización. Cuando el cambio los alcanza y el no hacerlo puede implicar su propia supervivencia, es cuando se pierde aún más rápido el por qué hacerlo. A diferencia de partir de una estrategia conectada con una visión concreta de Digitalización, Optimización y Eficiencia, las acciones aisladas detonan acciones poco estructuradas y costosas como “traigamos a la mejor agencia Digital cueste lo que cueste”, “contratemos todos los servicios de nube disponibles, sobre todos esos de Machine Learning Analytics” o, “instalemos paneles solares en todos nuestros techos y salgamos a comprar energía”.
Pero, ¿qué diferencia hace si, lo que las demás empresas hacen, se puede alcanzar con adopción rápida de tecnología? La diferencia, desde mi punto de vista, está en el foco y en el por qué. Existen empresas enfocadas en mantener la salud de sus márgenes y no logran interpretar de dónde llega el impacto, las soluciones las buscan en el mismo lugar que su instinto, el cual los ha traído hasta aquí; les aconseja. Otras logran interpretar el negocio completamente diferente, pero, sin quedarse paralizados en discusiones anecdóticas, deciden buscar las soluciones en lo que su instinto de cómo visualizan el futuro en el que seguirán sólidamente participando les dicta. La pregunta ahora es ¿qué diferencia hay entre el talento y la dinámica organizacional que construyen estos enfoques?
Anecdóticamente, el Internet de la Energía tiene exactamente las mismas implicaciones en cualquier organización. Si en algún lugar de la estrategia encontramos o (ojalá) encontremos palabras como Sustentabilidad, Disminución de la Huella de Carbono, Sustitución de Energía por Fuentes Renovables, Optimización del Uso de los Recursos Energéticos, debemos saber que el nombre del juego se llama Anticipación. Trabajar por estos objetivos y capitalizar sus beneficios, requiere involucrar a toda la organización, definir objetivos claros y accionar decididamente con coherencia. ¿Cómo y para qué involucramos a la organización en temas energéticos y de sustentabilidad? Sencillo, hoy la gestión de energía va más allá de los procesos productivos o de los puntos de venta, los cuales siguen siendo la prioridad. A través de la información, podemos empoderar a todos los niveles de la organización a tomar mejores decisiones con el uso de los recursos energéticos, todos los días. Esto aunque parezca difícil y costoso (igual que la transformación digital en su momento), es posible a través de IoT, Business Analytics y Energy Management as a Service, los cuales permiten la captura y explotación de la data, su transformación en información ajustada a las necesidades específicas de las empresa y su conversión en en acciones diarias que detonan eficiencia y optimización medible.
¿Qué ventaja tiene una organización que involucra a su gente?. Sin duda el tipo de talento que desarrolla y atrae, junto con el poder de traer a la vida una visión de largo plazo con beneficios tangibles para el negocio: ahorros económicos y eficiencia operativa, disminución de la huella de carbono para atacar los problemas ambientales, congruencia con el contexto de negocios. Más allá del Negocio, el Individuo se beneficia de formar parte del cambio, trasladando conocimientos, ideas e iniciativas a su entorno. Tomando decisiones con respeto hacia el medio ambiente y trasladando estrategias de ahorro a su casa o comunidad, el Individuo se convierte en un agente de cambio empoderado por su experiencia.
El Internet de la Energía nos rodea y su razón de ser es desaparecer todo aquello que nos hace percibir el consumo de energía como una caja negra, difícil de entender y que no podemos gestionar según nuestras necesidades (igual que Airbnb o Uber nos hizo ver espacios disponibles). Es ubicuo y accesible, y ya muchas empresas hoy la adoptan rápidamente y promueven el proceso de cambio que implica en la organización: Obtienen resultados de corto plazo que mejoran sus márgenes y controlan su gasto operativo a través de la gestión interna, la cual ahora incluye la Energía como cualquier otra materia prima o insumo crítico gestionable. Igualmente, muchas empresas sacan provecho de la información de consumo Energético y su correlación con todas las variables de negocio, con el objetivo de entender profundamente la dinámica y las variables de influencia actuales. Los hallazgos benefician a áreas del negocio que no anticiparon el valor oculto en este esfuerzo.
¿Anticipar vs. Observar?, desde mi punto de vista, el propósito es experimentar. Todas las empresas que experimentaron a tiempo en el mundo digital, validaron aprendizajes y los convirtieron en su día a día, hoy tienen ventajas competitivas tan grandes que muchos competidores aún no las entienden; bautizados algunos como Nativos Digitales. Las empresas experimentando con Energy Management as a Service, IoT, Machine Learning Analytics, capitalizarán primero las áreas de oportunidad más evidentes, incorporarán los aprendizajes al centro de su modelo operativo y continuarán innovando para buscar ahorros, eficiencia y sustentabilidad. Observemos el impacto de no hacerlo.