“Los proyectos de eficiencia energética son difíciles de justificar económicamente, por el contrario, mis proyectos de procura de energía garantizan un ahorro independientemente del precio de la energía en el mercado” – argumentaba con solidez un Energy Manager del sector privado en algún punto del proceso de negociación con S2G Energy.
Este argumento se repetía frecuentemente en alguna parte del ciclo de comercial de la Gestión de Energía como Servicio o EMaaS, por sus siglas en inglés, para prospectos comerciales e industriales típicamente con demanda mayor a los 40 GWh/año.
Hoy, como para muchos sectores de la economía global, la situación ha cambiado. El pasado 29 de abril el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) publicó el “Acuerdo para garantizar la eficiencia, calidad, confiabilidad, continuidad y seguridad del Sistema Eléctrico Nacional”, con motivo del reconocimiento de la epidemia de enfermedad por el virus SARS-CoV2 (COVID-19). Dicho acuerdo, junto a la publicación en el DOF de la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional el 15 de mayo, ha causado gran revuelo en el sector energético de nuestro país.
La polémica finalmente parece haber dado un vuelco importante tras la suspensión provisional en contra de la nueva política de confiabilidad publicada por la Secretaría de Energía (SENER), otorgada a la organización Greenpeace México el pasado 29 de mayo. Aunque aún queda por ser resuelta la suspensión definitiva de los acuerdos, esta resolución ha sido celebrada como una victoria para las renovables: el planeta, los generadores y los compradores de dicha energía.
Mientras que hay validez técnica en los argumentos de intermitencia y efecto de rampa en generadores de respaldo, el nivel actual de penetración de fuentes renovables (del 4.3% en el caso de la solar y del 7.5% en las eólicas, de acuerdo con datos presentados por la SENER), dista de comprometer la confiabilidad del sistema eléctrico.
Actualmente la disputa gira en torno al incremento de costos de transmisión para privados, luego de que la Comisión Reguladora de Energía aprobara el 28 de mayo dos proyectos para subir dichas tarifas a centrales de autoabastecimiento. Se ha hablado de costos de transmisión no pagados por dichas centrales y absorbidos por CFE en perjuicio del usuario final, cuando las centrales que operan en esta modalidad bajo contratos legados pagaron el costo de transmisión desde el inicio de su operación. Basta recordar que antes de la reforma, para incrementar la capacidad nacional de transmisión, las centrales de energía renovable de autoabastecimiento tuvieron que invertir en la expansión y reforzamiento de la red y ahora pagan solo por el costo de su operación y mantenimiento. El 12 de junio, un juez otorgó la primera suspensión provisional contra el aumento de tarifas de porteo a un parque fotovoltaico privado en Guanajuato, incrementando la incertidumbre, tras dejar en claro el propósito del gobierno de revisar cada contrato con privados.
De aprobarse las disposiciones aquí mencionadas y de continuar las controversias en el sector, el resultado será no solo la ralentización sino la potencial desaparición de los ahorros previstos por compra de renovables a precios competitivos. Más aún, los precios pueden verse afectados al favorecer fuentes de generación más caras y contaminantes, como son las plantas de combustóleo, sobre aquellas más eficientes y con costos de generación más bajos.
Dos tormentas. La eléctrica, producto del enrarecimiento del mercado eléctrico que hemos precisado y la económica producto de la pandemia global, hacen imprescindible una estrategia de eficiencia energética para los grandes consumidores industriales y comerciales en el país. El foco en reducción de costos y la incertidumbre de la procura de renovables a precios competitivos, pone un peso inesperado en la eficiencia energética como fuente de valor económico y de sustentabilidad para el negocio.
Hoy en día eficiencia es sinónimo de Digitalización. Por ello la necesidad acelerada de implementar herramientas de monitoreo, análisis y control remoto de procesos industriales y comerciales a la vez de flexibilizar dichas operaciones para responder rápidamente a cualquier realidad, como habilitar trabajo remoto de personal no crítico, hace el argumento aún más convincente.
La eficiencia energética siempre ha sido una prioridad para nuestro negocio – escuchamos días atrás de un Energy Manager con el cual avanzamos hacia un piloto de eficiencia de intensidad energética e hídrica para una de sus plantas. “El negocio tiene un foco absoluto en reducción y control de costos, además de nuestro compromiso de sustentabilidad que se ha convertido imprescindible para competir”. Concluíamos nuestra junta con la premura en echar a andar los próximos pasos con lo siguiente en la mente: El kWh o el mt3 más económico es el que no usamos y eso solo lo logramos con eficiencia energética.